Sé que ya de todo se ha dicho,
que mi andar ya no es igual ,
que mis penas son tu condena,
que mis ojos son la frialdad .
Sé que has dado justo en mi pecho
tu misión a voluntad,
déjame salir de este encierro,
no soy tu mujer ni tu verdad.
No me dejes morir así ,
no me dejes caer en la trampa.
Tiempo al tiempo tengo que esperar,
es la idea y suele condenar,
tu mirada vuelve a lastimar
mis pupilas lejanas,
a ver si todo acaba aquí.