Jamas te amenacé ojo por ojo, ni hice de tu vida mi antojo.
Mas prometi cuidarte y respetarte si así lo pintaba la ocasión.
Cierra los ojos y apuesta una vez, quizas te soprendas,
no hay miedo mas inutil que aquel que no te permite amar.
Me resta agradecerte y besarte al partir,
sonriendo con desdicha esperanza de que algun dia podamos renacer.
Por mi.