La resaca lo vigila desde la almohada vacía mientras
mete manotazos en el culo de la piba,
que acostada boca abajo, ni se entera,
esta dormida.
En la puerta está la piba,
está un poco mejor que el,
con sus dos tetas lo mira:
no soy yo quien vos queres,
no te quemes la cabeza
por un poco de placer